jueves, 25 de noviembre de 2010

ARTÍCULO: El Círculo de la Confianza

            En torno a cada uno de nosotros están trazados dos círculos imaginarios: El Círculo de la Novedad y Círculo de la Confianza.











         Cuando una persona se incorpora al equipo, y con independencia de las evaluaciones que se hayan hecho en el proceso de selección, es una “apuesta” que genera una serie de expectativas en la Dirección de la Compañía.

       Estas expectativas se van cumpliendo, o no, en función de los resultados y, sobre todo, de criterios de valoración (obviamente subjetivos) del propio jefe que se suelen basar en las opiniones, comentarios, actitudes que la persona mantiene sobre temas diversos de la vida y del trabajo.

Todo ello conforma el grado de “credibilidad” que el individuo tiene, que varía con el tiempo, y que determina la influencia y el “peso” de sus opiniones e ideas sobre la Dirección. 




Mientras que la credibilidad está en evolución se mueve en el Círculo de la Novedad y sus opiniones son tenidas en cuenta de un modo determinado.  Es un período transitorio (que en cada caso tiene una duración distinta). Obviamente las líneas pueden moverse arriba y abajo en ese tiempo de maneras muy diversas.















Una vez alcanzada la estabilidad (es decir la credibilidad no se modifica o lo hace de forma casi imperceptible), se entra en el Círculo de la Confianza y la persona será consultada o no en función de dónde se haya producido esa estabilización.

Este hecho (que nos sucede a todos y en todos los órdenes de la vida), tiene importancia por que si no estamos atentos, podemos dejar de atender buenas ideas y sugerencias de personas que han alcanzado la Zona de Confianza con su línea de credibilidad baja y a la vez podemos dar exceso de crédito a aquello que venga de personas que se encuentran en la Zona de Novedad con credibilidad alta.

Es frecuente que personas externas a la empresa o recién incorporadas gocen de mayor grado de atención que otras con años de experiencia y que hace mucho que entraron en la Zona de Confianza. Como demuestra la realidad, no siempre está justificado.

            Llegar a la Zona de Confianza con un grado de credibilidad bajo, conlleva que el individuo, al no ser consultado ni tenido en cuenta (algo que podemos percibir  con facilidad si nos ocurre), termina por desmotivarse pudiendo llegar a “dejar de tener ideas” ya que a nadie le interesan.


No hay comentarios:

Publicar un comentario