jueves, 25 de noviembre de 2010

ARTÍCULO: Motivos para la Formación.

     Los ritmos y velocidades con los que cada empresa imparte formación a su personal son naturalmente distintos pero, hoy día ya casi nadie se cuestiona que hay que darla. Incluso los menos convencidos ven, escuchan y sienten que el mercado cambia, que los competidores se mueven, que la tecnología avanza. Es pues una necesidad que afecta a todos los grados de responsabilidad de la Compañía.

Con todo (y lógicamente) cada empresa tiene SUS RAZONES. Ahora bien, éstas se pueden agrupar en tres tipos:

IMAGEN:
Hay quienes escuchan o leen que cada vez más empresas de su entorno, de su gremio, de su país invierten recursos en formación. Y, aunque no tenga un departamento como tal o bien no sepa qué tipo de cursos son los que mejor se le adaptan, entran a dar formación a su personal.

PRESIÓN SOCIAL:
La presión social puede (suele) ser interna, ya sea por parte de un empleado o un grupo de ellos, o –lo más habitual- por parte de los delegados de personal. Externamente, el recibir mensajes de todo tipo sobre lo efectiva que es la formación para mejorar productividad y competitividad, también es una forma de presión.
En resumen quienes se mueven por alguna de las razones anteriores corren el peligro, bien de escoger las materias que les “suenan” mejor o que “piensan” que les hacen más falta, bien cediendo a peticiones del personal sin mayor análisis de si lo que se va a impartir es lo más adecuado.

Cuando pasa esto existe un alto riesgo de que ante el anuncio de un nuevo curso las personas tengan una reacción parecida a esta:


¡Otro curso no por favor!




CONVICCIÓN:
Afortunadamente son mayoría las empresas que cuentan con departamentos y personas especializadas en el desarrollo de la Formación de los empleados. Se detectan las necesidades en función de las circunstancias de la empresa y de la plantilla y se establecen planes anuales (en algunos casos incluso a mayor plazo) de formación, ajustados y alineados con la estrategia de la compañía.

En esos casos la Formación se convierte en una herramienta que tiene efectos en las personas:

-       Elemento motivador:
Ampliar conocimientos es estimulante para muchos y todo lo que aprendo va conmigo allá donde yo vaya.

-       Aumenta la seguridad y confianza:
Es frustrante y desmotivador reconocerse a uno mismo con poca capacidad o conocimientos para una tarea. Esto afecta de forma directa a la auto-confianza y ésta a la auto-estima, lo que tiene serias consecuencias en el trabajo y en la VIDA.

-       Prepara para nuevas responsabilidades:
Adquirir conocimientos me permite poder acceder a puestos de trabajo que, hasta ahora, me estaban vedados, tanto en el presente como en el futuro.

Y también tiene efectos en la propia Empresa:

-       Eficiencia y productividad:
Personas motivadas, más seguras y preparadas consiguen que la eficiencia y la productividad aumenten.

-       Actualización:
Todos los días aparecen novedades en cada mercado. Los primeros en adaptarse y aplicarlas (o contrarrestarlas) llevan un ventaja ante el resto. La Formación permite “estar al día” de lo que ocurre tanto en áreas técnicas como no técnicas.

-       Nuevas oportunidades:
Tener personas más capacitadas abre nuevas oportunidades ya sea de mejora de lo que ya hay, como de acceso a nuevos mercados. ¡OJO! También esto genera nuevas oportunidades para el individuo si la empresa no reacciona.

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